Hoy quiero hablarte desde un lugar muy personal y profundo, como mujer, como guía de tantas jóvenes que se forman con nosotros, y también como madre. En Incanto, la belleza no se mide en talles, ni en estereotipos que vienen impuestos desde afuera. La verdadera belleza nace del bienestar, y ese bienestar empieza —en gran parte— por cómo nos relacionamos con la comida.
La alimentación consciente no es una dieta. Es una forma de honrarnos. Es escuchar a nuestro cuerpo, respetar sus señales, y nutrirlo con lo que realmente necesita. Comer con conciencia es elegir desde el amor, no desde la culpa ni el castigo. Es entender que la comida no tiene que ser una enemiga, sino una aliada.
Muchas veces, especialmente en el mundo de la moda, se nos ha hecho creer que hay que encajar. Que hay que entrar en una prenda, en un estándar, en un molde. ¡Qué peligroso es ese mensaje! Porque no solo nos desconecta de nuestra esencia, sino que abre la puerta a trastornos que nos roban la salud física y emocional. Hoy más que nunca, quiero decirte: no hay un cuerpo ideal. Tu cuerpo es único, y merece respeto, cuidado y aceptación.
Y si pensás en la maternidad, en tu futuro, en los proyectos que querés abrazar… entonces comprenderás que cuidar tu salud no es una obligación estética, sino una forma de preparar el terreno para todo lo que vendrá. Una buena relación con la comida es también un legado. Un ejemplo para quienes nos rodean y para las generaciones que vendrán.
En Incanto luchamos cada día contra los mensajes tóxicos que promueven la autocrítica desmedida y la obsesión con el cuerpo perfecto. Apostamos por una formación integral, donde hablar de alimentación consciente es también hablar de autoestima, de libertad y de salud mental.
Si estás transitando un camino difícil con tu cuerpo o tu alimentación, no estás sola. Hay salida, hay apoyo y hay otra forma de vivir: más compasiva, más real, más amorosa.
Gracias por ser parte de esta comunidad que elige evolucionar desde el amor.
Con vos, siempre.
Evangelina
Directora de Incanto